Jorge Valdano dejó una reflexión que encaja perfectamente con la realidad que vive Kylian Mbappé en el Real Madrid: "Si un jugador no sonríe con la cara, no lo hará con los pies".
Mbappé aterrizó en el Real Madrid con el objetivo de triunfar y cumplir su sueño de vestir de blanco. Sin embargo, el largo culebrón que rodeó su fichaje ha aumentado la presión sobre él.
Desde su debut, no ha logrado brillar en grandes noches. Sus actuaciones en partidos clave, como el Clásico o la Champions, han estado lejos de lo esperado. Su actuación en Anfield, por ejemplo, fue duramente criticada por la afición y los medios.
Buenos números, pero falta de impacto
Pese a las críticas, las cifras de Mbappé son notables: en 19 partidos ha anotado 10 goles y dado 2 asistencias. Además, viene de marcar contra el Getafe, un gol que demostró su verticalidad y capacidad para generar peligro constante.
Sin embargo, aún se espera que dé ese paso adelante en partidos de alto calibre, donde hasta ahora no ha dejado su sello.
El francés está llamado a ser el líder de este nuevo Real Madrid, pero eso conlleva una responsabilidad enorme. El Bernabéu, exigente como pocos estadios, espera actuaciones memorables que justifiquen su papel como estrella.
A pesar de los altibajos, Mbappé sigue mostrando destellos del jugador que enamoró en el Mónaco y el PSG. Su capacidad para romper líneas y crear ocasiones lo mantiene como una pieza clave en el esquema de Carlo Ancelotti.
La sonrisa, el gran desafío
La frase de Valdano apunta al aspecto emocional del fútbol: "si un jugador no sonríe con la cara no lo hará con los pies". Para Mbappé, encontrar la felicidad en su juego será crucial para alcanzar su mejor versión.
Aunque su rendimiento ha sido irregular, las bases están sentadas. Con trabajo y confianza, el francés puede ser el líder que el Real Madrid necesita para grandes conquistas.
¿Será capaz Mbappé de recuperar la sonrisa y con ella su mejor fútbol? Solo el tiempo y su mentalidad lo dirán. Por ahora, las expectativas siguen siendo altas.