El Fútbol Club Barcelona y el Real Madrid disputaron anoche el ya tradicional Clásico que en los últimos veranos están jugando ambos equipos en la pretemporada. El de ayer fue a las 23:00 (hora española) en el AT&T Stadium de Dallas, ante la atenta mirada de más de 83.000 espectadores. Sin duda, todo un éxito.
En lo que al partido se refiere, como cabía de esperar, de amistoso tuvo poco. Ambos técnicos apostaron por sus onces de gala, lleno de jugadores TOP que se antojan vitales para ambos equipos durante la temporada.
A diferencia de otros encuentros, en este no se vio un baile de cambios en el descanso, tanto Ancelotti como Xavi le dieron mucha importancia al encuentro. Al final los culés se llevaron el gato al agua y se impusieron por un contundente 3-0, en un partido que tuvo de todo.
Los blancos estrellaron hasta en cinco ocasiones el balón en los palos, errando incluso un penalti. La polémica tampoco podía faltar, ya que uno de los tiros de Vinicius al larguero, el rebote parece que bota dentro de la portería, pero el colegiado no lo vio así.
Los focos sobre Bellingham
Uno de los jugadores que más protagonismo adquirió en el partido, ya desde la previa, fue Jude Bellingham. El joven futbolista británico se estrenaba en un Clásico, y su participación iba a ser vigilada con lupa.
El inglés no tuvo su mejor partido. En todo momento estuvo marcado muy de cerca y entró poco en contacto con el cuero. Sin embargo, cada vez que lo hacía, demostraba que está llamado a ser una pieza fundamental en el equipo.
No obstante, hubo un momento que llamó especialmente la atención, por lo impactado que se vio al jugador inglés. En el minuto 41 de la primera mitad, Frenkie de Jong cazó salvajemente por detrás a Eder Militao. La fea y dura entrada del neerlandés acabó en trifulca.
Varios jugadores de ambos equipos acudieron rápido a la ‘escena del crimen’ y se propiciaron empujones y algo más que palabras. Entre toda esa marea de jugadores, aparecía Bellingham, despistado e incrédulo ante tal espectáculo. Cualquiera diría que era un amistoso.
Sorprende que Oriol Romeu le empuja como para apartarle de ahí, cuando Bellingham no tiene intención alguna de participar en la trifulca. Esa disputa no iba con él. Sin duda, una de las imágenes más llamativas del encuentro.