Kylian Mbappé sigue a la espera de resolver su futuro más inmediato. El futbolista de Bondy ha visto como en las últimas horas Nasser Al-Khelaïfi se ha puesto serio, y ha decidido apartarlo del equipo, declarándolo como transferible. No ha viajado a Japón con el resto de sus compañeros.
De este modo, el francés tiene dos opciones para la próxima campaña: o se queda en París, donde va a ser tratado como un apestado, apartado del equipo, criticado y presionado por propios y extraños; o acepta su marcha, viste la camiseta blanca del Real Madrid cuanto antes y se convierte en el héroe del club de Chamartín.
Lo cierto es que es el propio jugador el que tiene la capacidad y el poder de decisión. La última palabra en este culebrón la tiene él mismo, ya que si puede escoger si quedarse o marcharse. Tiene un año más de contrato en vigor con el PSG, por lo que nadie puede obligarle a irse por la fuerza.
Le comen la tostada
Mientras Mbappé se queda en París bajo la amenaza de pasarse una temporada entera chupando banquillo, y con unas olimpiadas y una Eurocopa a la vista el próximo verano, Erling Haaland ha iniciado la pretemporada como él sabe: perforando porterías.
El francés y el noruego están llamados a ser los herederos del fútbol mundial tras dejar el trono vacío Cristiano Ronaldo y Leo Messi. En este particular duelo, el del Manchester City viene de ganar la Champions y ya está trabajando a un ritmo alto en pretemporada junto a sus compañeros.
En el amistoso que ha disputado en el día de hoy el City contra el Yokohama Marinos en Tokyo, el equipo de Pep Guardiola se ha impuesto a la escuadra japonesa por 3-5. Los goleadores del equipo británico han sido John Stones, Julián Álvarez, Rodri y Haaland con un doblete.
Así pues, mientras el noruego apunta a reinar en el fútbol europeo, el francés ‘pierde el tiempo’ en el PSG. A Mbappé sólo le salvaría firmar cuanto antes por el Real Madrid, regresar a un ritmo competitivo y ser un futbolista capital en el fútbol europeo.