Cuando el Real Madrid fichó a Vinicius por 45 millones en 2018, poco se sabía de este extremo que tiene una capacidad innata para encarar y para desequilibrar en el uno contra uno, unido a una velocidad supersónica y a una capacidad para repetir esfuerzos que hace que marque la diferencia muchas veces en los tramos finales de los partidos, cuando a los defensores ya les empieza a hacer mella el cansancio.
Vinicius lo pasó realmente mal en sus tres primeras temporadas en el Real Madrid por su falta de puntería ante la portería contraria
En sus primeras temporadas de blanco no lo pasó nada bien. El desborde y la velocidad los mostraba, pero su puntería de cara a portería contraria era prácticamente nula. El futbolista brasileño se especializó en marcar goles de rebote, y en ser una escopeta de feria delante del portero rival.
Muy pocos goles y muchos fallos delante del guardameta acumuló en esos tres años, en los que le cargaron prematuramente sobre sus hombros la responsabilidad de sustituir a Cristiano Ronaldo como ídolo del madridismo.
Ahora se ha convertido en un jugador capaz de superar los 20 goles y las 20 asistencias por temporada
Salió desde el banquillo ante el Alavés en la primera jornada, en la victoria del Real Madrid por 1 gol a 4 marcando un gol, y también frente al Levante, en un partido que se le puso cuesta arriba al equipo blanco, y que Vinicius con dos goles y una exhibición futbolística consiguió que los blancos sacasen al menos un empate de Valencia.
Ahí nació el nuevo Vinicius, el desequilibrante, el que es capaz de meter más de 20 goles y de dar más de 20 asistencias en las dos temporadas anteriores.
Prácticamente imparable en el uno contra uno, que condiciona a las defensas rivales que necesitan coberturas y ayudas para poder frenarlo, y que ha mejorado infinitamente de cara al gol. Un jugador que ya está por méritos propios entre los tres mejores jugadores del mundo, junto a Mbappé y Erling Haaland.