José Mourinho es, como se suele decir cuando se habla de un ex muy bien valorado por la afición madridista, “uno di noi”. Un tipo que lo dio todo y expuso su figura como entrenador por el bien de todo el Real Madrid, sus jugadores y la afición. Un tipo que se partió la cara cuando el FC Barcelona estaba en su momento álcido de toda su historia y gozaba de triunfos muy lejanos de alcanzar por el Real Madrid.
Pero, por suerte, llegó José Mourinho. Venía de nada más y nada menos de ser campeón de Europa con el Inter de Milán. Un Inter que fue capaz de ganarle al Barça en el Nou Camp, donde comenzó a ganarse el odio de los culés con su sprint de celebración apuntando a la grada blaugrana.
Muy apenado se despidió Mourinho de todo el Inter de Milán sabiendo que dejaba su casa para marcharse a entrenar para, como siempre ha dicho él, entrenar al mejor equipo del mundo. Ahora, declarado madridista, no le sobran nunca palabras de agradecimiento y admiración hacia la institución.
“Soy madridista”
La frase que todos queremos escuchar cuando uno se va, dejando claro que su etapa en Madrid le dejó marcado. Mourinho ha declarado su amor por el Real Madrid y ha dicho que fue una de las mejores etapas de su carrera.
“Soy madridista y siempre lo seré”, dejando claro que aquellos sentimientos que demostró como entrenador blanco eran de pura pasión, llegando a convertirse también en enemigo número uno culé en cuestión de pocos años.
Una etapa positiva
Quizá, sin esta etapa de Mourinho no sería el Real Madrid lo que fue después. 5 Champions League que vienen también del trabajo del portugués. Además, el recuerdo para siempre de esa Liga de los récords, que quedará en la memoria de todo madridista. Gracias, José.
