Eduardo Camavinga fue un regalo del mercado desilusionante del Real Madrid en la temporada 2021/2022. Marcada por el fichaje fallido de Kylian Mbappé, el conjunto merengue con su comitiva a la cabeza aprovechó el viaje a París para aprovechar unas horas en Rennais y fichar a uno de los que pueden ser el mejor centrocampista del futuro. Camavinga ha tenido dos años más que positivos como jugador merengue. El primero, algo más irregular y sin experiencia. El segundo, un tipo mucho más hecho que ha visto como se ha ganado el puesto por delante de muchos jugadores de renombre.
Grandes actuaciones en aquellas mágicas noches de “La Decimocuarta” una de las Champions League más históricas del club. Y, la temporada pasada, uno de los principales baluartes de Carlo Ancelotti, llegando a asumir muchos minutos en el lateral izquierdo por las constantes lesiones de su compatriota Ferland Mendy.
Está claro, como con mucha razón dijo Zinedine Zidane, que “un año en el Real Madrid son como dos fuera”. Las dos temporadas de Camavinga, como si fueran cuatro, han ayudado mucho al equipo, a Ancelotti y a su propia carrera, que pinta blanca por muchos años.
A ayudar a jóvenes
Ahora el Real Madrid ha inundado su plantilla de talento joven. El propio Camavinga, Vinicius Jr, Rodrygo, Bellingham, Fran García, Brahim Díaz, Arda Güler… Es el propio centrocampista francés en el que vemos en un video que el club ha subido a sus redes sociales alentando a sus nuevos compañeros en su debut, incluido el canterano Nico Paz.
Un tipo que sabe lo difícil que es jugar en el Madrid y que será una mano muy importante de cara a manejar también esa parte del equipo. Además, un tipo muy querido en el vestuario.
Calidad y físico
Lo que destacamos en Camavinga es calidad y físico. Aunque parece un centrocampista destructor no es ni mucho menos eso. Un tipo completo y con gran calidad en el último pase, que puede disfrutar mucho al lado de Bellingham esta temporada.